Michael
Newman (Adam Sandler) es un arquitecto que trabaja demasiado, a la espera de
que su jefe se decida a hacerle socio de la empresa de una vez por todas. Tiene
una bella mujer, Donna (Kate Beckinsale), y dos hijos que exigen pasar más
tiempo con él. Después de una dura noche trabajando hasta tarde, Michael busca
con frustración el mando de la televisión entre los variados controles remotos que
hay en su salón. Como no lo encuentra, decide salir a buscar un mando universal
que le permita manejar todos los aparatos y llega a una tienda donde Morty
(Christopher Walken), un excéntrico empleado, le da un mando experimental que
cambiará su vida.
Pronto,
Newman descubrirá que no puede jugar con el poder que tiene en sus manos.
Esta genial producción los hará pasar por todos los estados de ánimo. Risas, bronca, ternura, lágrimas y hasta desesperación con un final que no sorprende demasiado pero con una trama que los atrapara hasta llegar ahí.
Adam Sandler se destaca, como siempre, y le pone la cuota justa de humor sin convertir la película en una comedia absoluta. También es para destacar que tiene un buen mensaje acerca del tiempo y recomiendo verla con la familia.
A esta altura solo la van a poder ver en casa, lo cual es bueno porque aunque es excelente, no es una peli para ver en cine.
Esta genial producción los hará pasar por todos los estados de ánimo. Risas, bronca, ternura, lágrimas y hasta desesperación con un final que no sorprende demasiado pero con una trama que los atrapara hasta llegar ahí.
Adam Sandler se destaca, como siempre, y le pone la cuota justa de humor sin convertir la película en una comedia absoluta. También es para destacar que tiene un buen mensaje acerca del tiempo y recomiendo verla con la familia.
A esta altura solo la van a poder ver en casa, lo cual es bueno porque aunque es excelente, no es una peli para ver en cine.
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