miércoles, 23 de mayo de 2012

Un insólito chef


Ratatouille (nominada al Globo de Oro por mejor película animada) es una bella y tierna historia que pertenece a Disney y Pixar y juega con los sentimientos más puros que una persona puede tener, sin recurrir a la vieja Cenicienta. Hace algún tiempo somos testigos del cambio drástico que sufrió Disney en la manera de hacer sus películas y su repentina alianza con Pixar. Ya no cuentan con dibujos sino que utilizan una técnica de animación más sofisticada que propicia efectos y gestos más humanizados a los personajes.
En este caso, el mal se convierte en bien y todo tiene un escenario muy particular: la cocina de un famoso restaurante de París.
Esta es la historia de un dulce ratón (Remy) que vivió toda su vida cumpliendo órdenes de su padre y haciendo un trabajo que nunca le convenció. Sin embargo, junto a su amigo descubre que tiene un don y un gusto especial por la buena comida. Sin haber estudiado nunca la disciplina, y sin haberla puesto en práctica, el ratón llega por accidente al restaurante gracias a un muchacho de clase baja que busca trabajo en la cocina. Ellos se conocerán y forjarán una intensa amistad. El ratón le servirá de mucho para sus quehaceres culinarios y para hacerle frente a su odioso jefe. Es sorprendente cómo se expresan aquí los ideales de amistad y perseverancia ante todo. El ratón está muy bien personificado (parece una persona y no un roedor) y cuenta con una comicidad importante. Sin él la película no seria “Ratatouille”. Pero más allá de eso, el film no debe su nombre al querido ratoncito sino a una comida típica de Francia elaborada con verduras de la huerta. Con ella el muchacho aprendiz de cocinero logra conquistar a todos con el plato y en especial al más importante y cruel crítico de gastronomía, que encuentra en esa comida un característico y especial sabor.
De final inesperado, esta historia le llega al corazón a cualquier persona. La voz y gestos del ratón son increíblemente acertados, humorísticos y tiernos. El film encuentra su paralelo con Toy Story, otra excelente producción de Disney y Pixar, en cuanto a efectos y animación. Si Toy Story está primera en el ranking de animaciones, Ratatouille tiene el segundo puesto o incluso estaría al mismo nivel.
La trama, que cuenta con una originalidad exclusiva, no es tan sólo para chicos, los grandes pueden pasar un muy buen momento y reírse de las locuras del roedor y su nuevo amigo. Uno llega a encariñarse mucho con este personaje ficticio, quien propicia que pensemos que nada es imposible, que un animal también puede hacer muchas cosas sin que los humanos se percaten de ello. La complicidad entre los personajes está a flor de piel.
Muy buena imagen, sonido, voces e interpretación. Original, graciosa y tierna.



--- SI ---

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