domingo, 20 de mayo de 2012

Por cuarta vez Willis


Esta cuarta entrega de “Duro de Matar” nos ofrece a un Bruce Willis avejentado, rabioso y vengativo que haciendo su típico trabajo de policía, se topa con una situación inesperada: rescatar al joven jacker Matt Farrell (Justin Long) de una balacera intensa en su departamento. Pero todo se complica aún más cuando el país es víctima de terroristas virtuales que sabotean los sistemas y manipulan a la gente. Este experto en computadoras se convierte en un personaje importante para el oficial ya que lo ayudará a atar los cabos sueltos del problema. Como si fuera poco para él, se sigue complicando todo cuando su hija Lucy (Mary Elizabeth Winstead) queda en el medio de la cuestión. Allí verdaderamente conocerán a un McClane enfurecido.
En esta última parte, contamos con una actuación superior y sobresaliente en comparación con las anteriores entregas. A pesar de tener unos años más y de no aparecer por mucho tiempo en la ficción de “Duro de Matar”, a Willis eso no le impide estar más enérgico que nunca, más buen mozo y con una performance excelente.
Los efectos son un tema aparte. Sobrepasan las otras tres películas, se potencian al doble y provocan adrenalina. Igualmente, como en todo film de acción estuvieron un poco exagerados y un tanto irreales. Préstenle mucha atención a la escena en la que él maneja un camión y es perseguido por un helicóptero en plena ruta.
Así durante los 127 minutos que dura, esta película hace que el personaje sea como “eterno”, ya que nunca muere a pesar de todas las heridas y golpes sufridos en su cuerpo.
En estos casos tendemos a pensar que es lógico y obvio que el oficial siga con vida a lo largo de todas las entregas, pero a la vez nos cuestionamos acerca de si es posible que existiera en un futuro una quinta entrega.
Conviene destacar que en “Duro de Matar” McClane siempre siguió vivo y que eso no necesariamente implicaba que continué la saga. Habría que analizar bien su final (muy parecido al de las anteriores en cuanto a estilo) y si realmente la situación amerita que Bruce vuelva a las andanzas por quinta vez.
Historia, trama, montaje, actores y escenografías superiores, lo que nos hace darnos cuenta del paso del tiempo. En esta parte Len Wiseman, su director, utiliza aun más tecnología y más creatividad, sin desvalorizar a las pasadas películas.
Bruce Willis siempre destacándose. Se lo ve muy similar a aquel que aparecía en “Armageddon”, aquí también con una hija a la que cela, espía y sobreprotege. Un padre ejemplar pero que pasa poco tiempo con ella por cuestiones de trabajo.
Inmejorable y dinámica. No me parece “más de lo mismo” como la calificaron otros, sino que se renueva en los aspectos ya mencionados, pero obviamente teniendo como base la misma historia, además de que el personaje conserva su naturaleza, su rudeza e ironía, y eso es quizás lo que a algunos aburre.


--- SI ---

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