“Antes de partir” (“The Bucket List”) de Rob Reiner, es una conmovedora
historia de dos enfermos terminales, el profesor de filosofía Chambers (Morgan Freeman) y el
multimillonario Edward Cole (Jack Nickolson),
que se proponen pasar los últimos meses de su vida de la mejor manera. Todo
comienza cuando a Chambers le avisan de su enfermedad y una vez internado, se
encuentra con este empresario reconocido , dueño del hospital y quien se
convertirá en su compañero de aventuras.
Al conocerse mejor, estos dos hombres deciden hacer una lista con promesas a cumplir. Entre ellas está el gran viaje que nunca pudieron hacer. Lo que sigue es una serie de divertimentos que provoca que estos dos compañeros de cuarto se cuenten historias e intenten sacarle el jugo a sus días con un motivo más para vivir.
Cargada de emoción, risa y profundidad, este film saca lo más triste de padecer una enfermedad de este tipo y cómo enfrentarla con la mejor cara.
La película nos lleva a pensar que es preferible hacer ahora aquello que de alguna manera tenemos pendiente en la vida, y que quizás no podamos hacer nunca. La cinta nos mueve a decir: “Ahora es el momento, después puede ser demasiado tarde”.
Los personajes cautivan y provocan cierta compasión, además de hacer surgir el pensamiento de “vivir cada minuto de la vida como si fuera el último”.
Con diálogos emotivos, un toque de simpatía, humor e ironía, la cinta promete éxito, gusto y complicidad por parte del publico y una esperanza inusitada por el futuro. Se puede decir que los personajes son muy optimistas con respecto a su estado y afrontan cada decisión o momento difícil con una sonrisa. Estos dos hombres son un ejemplo de lucha y determinación.
Chambers se enfrenta a su mujer para cumplir con su meta, porque en momentos así, lo único que importa es él mismo y su compañero, tratando de que cada día no sea un padecimiento y una carga sino una alegría por despertar vivo cada mañana.
En resumen, el film es tan dulce como amargo, tan simple como emotivo y tan profundo que no deja lugar a la frialdad ni superficialidad.
--- SI ---
Al conocerse mejor, estos dos hombres deciden hacer una lista con promesas a cumplir. Entre ellas está el gran viaje que nunca pudieron hacer. Lo que sigue es una serie de divertimentos que provoca que estos dos compañeros de cuarto se cuenten historias e intenten sacarle el jugo a sus días con un motivo más para vivir.
Cargada de emoción, risa y profundidad, este film saca lo más triste de padecer una enfermedad de este tipo y cómo enfrentarla con la mejor cara.
La película nos lleva a pensar que es preferible hacer ahora aquello que de alguna manera tenemos pendiente en la vida, y que quizás no podamos hacer nunca. La cinta nos mueve a decir: “Ahora es el momento, después puede ser demasiado tarde”.
Los personajes cautivan y provocan cierta compasión, además de hacer surgir el pensamiento de “vivir cada minuto de la vida como si fuera el último”.
Con diálogos emotivos, un toque de simpatía, humor e ironía, la cinta promete éxito, gusto y complicidad por parte del publico y una esperanza inusitada por el futuro. Se puede decir que los personajes son muy optimistas con respecto a su estado y afrontan cada decisión o momento difícil con una sonrisa. Estos dos hombres son un ejemplo de lucha y determinación.
Chambers se enfrenta a su mujer para cumplir con su meta, porque en momentos así, lo único que importa es él mismo y su compañero, tratando de que cada día no sea un padecimiento y una carga sino una alegría por despertar vivo cada mañana.
En resumen, el film es tan dulce como amargo, tan simple como emotivo y tan profundo que no deja lugar a la frialdad ni superficialidad.
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