domingo, 20 de mayo de 2012

El cine que no vemos


En el marco del 9º Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), desde el 3 al 15 de Abril en las distintas salas de Buenos Aires, se pudo disfrutar del séptimo arte proveniente de toda Europa y en todas sus expresiones: cortos, documentales breves o extensos, biografías, largometrajes.
Pude deleitarme recién en Sábado 14 y el Domingo 15, último día de funciones.
Ese sábado disfruté de un documental de tres horas. In the Beginning Was the Image: Conversations with Peter Whitehead de Paul Cronin, relata las experiencias vividas por un cineasta inglés que decidió dejar su profesión para dedicarse a algo completamente distinto: criar halcones. Si bien el director pasó en su juventud por la pintura y otras disciplinas, de antemano sabía que se dedicaría a filmar cortos y documentales. Dos fueron las películas que lo incentivaron para tal decisión: Carrie y un film nazi en un gueto de Varsovia que lo marcó mucho.
Vi a un Whitehead que no creía en absoluto en la objetividad a la hora de contar una historia y llevar a cabo un rodaje, y que sentía una profunda aversión por el cine de Hollywood, por lo que defiende a muerte la tendencia generalizada al cine independiente.
En un recorrido por su larga trayectoria, sus relaciones amorosas y sus películas (Perception of Life- a través de un microscopio- Charlie is My Darling, Let’s All Make Love in London, Benefit Of a Doubt y The Fall, luego de la cual deja de dirigir), se aprecia su marcada ideología: nos habla acerca de la alienación que se da en las sociedades modernas, las ideas que toma de Godard, a quien admira desde joven, y su concepción de cineasta independiente (es el cual no gana un centavo en su profesión pero es feliz).
Sorprende ver a un personaje que no quiere saber nada con las grandes productoras de los Estados Unidos, porque realmente pudo haber sido un gran director de Hollywood.
Filmó giras de los Rolling Stones y otras celebridades, pero se animó a rechazar propuestas con abultados montos. Se ve a las claras a un hombre fiel a sus ideas.
Es una lástima que un director con estas características y éste talento haya sufrido un colapso nervioso que hizo que su amor por el cine se esfumara.
De más grande, se dedicó a la cerámica y se observa toda una colección de cacharros hechos con sus propias manos. Increíblemente pasó de un extremo al otro.
Él no sólo fue el protagonista de éste largo documental, sino que además participó en la composición de la música en cada imagen, gracias a que es amigo del creador de ésta historia.
Conclusión. El cine independiente tal y como lo disfruté ésta vez, es algo que no se debe menospreciar ni mucho menos pasar por alto. Creo que las grandes producciones no se ven sólo en Estados Unidos, donde los efectos y la ciencia ficción emanan por doquier, sino que se pueden apreciar mediante una simplicidad absoluta, siempre y cuando se cumpla el objetivo del director: transmitir bien una idea hacia su público.

Larga vida al buen cine!.


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